Optimizar los procesos industriales para mejorar la sostenibilidad, aumentar la productividad y reducir los costes asociados a la actividad empresarial se ha convertido en un objetivo prioritario en el sector del Diseño y la Fabricación (D&M). Y una vía clave para lograrlo es conseguir una mejor eficiencia energética.
Dadas las exigencias normativas que han de cumplir las empresas y los elevados costes de la energía –el sector industrial es el que más recursos energéticos requiere–, encontrar el modo de alcanzar un consumo eficiente supone una ventaja competitiva de gran calado. Pero para ello es necesario contar con la tecnología que lo haga posible.
Cambios centrados en la sostenibilidad
En el reciente el informe “2023 State of Design & Make de Autodesk” que recoge las perspectivas de los líderes de los sectores AEC, Industria y Multimedia & Entretenimiento en torno a la transformación digital, la resiliencia empresarial, la sostenibilidad y la gestión del talento, se apunta la intención de “disminuir la generación de desperdicios, aumentar la eficiencia energética y mejorar el diseño de productos” de cara a optimizar los procesos. “Observamos una superposición significativa al preguntar a los encuestados qué pasos esperan que tomen sus empresas y sectores en los próximos tres años. Aquí, la aplicación de principios de diseño sostenible ocupa el primer lugar, dado que se encuentra en los planes del 34 % de los encuestados. El 32 % espera que sus empresas y sectores disminuyan los desechos de la producción o usen más materiales reciclados, y el 31 % cree que sus empresas y sectores deben desarrollar o invertir en procesos o maquinaria más eficientes energéticamente. En general, el 94 % de los encuestados espera que sus empresas y sectores realicen cambios centrados en la sostenibilidad en los próximos años”.
Tendencias en Industria
Por otro lado, podemos hacer referencia al estudio “Digital Sustainability: The Path to Net Zero for Design & Manufacturing and Architecture, Engineering, & Construction (AEC) Industries”, desarrollado por Frost & Sullivan en asociación con Autodesk. En él se apuntan nueve tendencias que, en su mayoría, dependen de la tecnología para llevarse a cabo:
Fabricación neutra en carbono.
Optimización energética de los procesos.
Uso de materiales alternativos y métodos de producción automatizados.
Lograr productos eficientes energéticamente.
Mejor aprovechamiento de los materiales para la producción o la construcción.
Circularidad de los productos.
Sustentabilidad como nuevo servicio.
Resiliencia de las cadenas de suministro.
Lo local prevalece sobre lo global.
Tecnologías para la eficiencia energética
Si analizamos cada una de estas tendencias, llegamos a la conclusión de que todas ellas están relacionadas y se encaminan hacia un mismo objetivo: la citada optimización de los procesos industriales. Centrándonos en la eficiencia energética, hemos de fijarnos en las tecnologías que ayudan a mejorarla, no sin antes mencionar la importancia de haber llevado a cabo una adecuada transformación digital en la organización, ya que, sin ella, mejorar la sostenibilidad y aumentar la eficiencia resulta mucho más complicado.
Digitalización de procesos. Precisamente la digitalización de una empresa ayuda a que sea más eficiente, ya que permite tanto un mayor control como la automatización de todo tipo de procesos, lo que ayuda a reducir los tiempos de entrega. Asimismo, permite una mayor y mejor colaboración entre los diferentes equipos, así como la capacidad de llevar a cabo tareas como la monitorización del consumo energético.
Gemelo digital. Algo similar ocurre con el Gemelo Digital, cada vez más presente tanto en el sector D&M como en el de AEC (arquitectura, ingeniería y construcción). No en vano se puede definir como una réplica virtual de un objeto físico en el que se va introduciendo la información recogida para su mejora. Esto alarga la vida útil de los equipos y ayuda a mejorar la eficiencia energética en el proceso de fabricación.
Diseño generativo. Tanto el diseño generativo como la impresión 3D ayudan a explorar cualquier modo de diseñar un objeto, accediendo así a numerosas alternativas. De este modo, y tras un análisis de las mismas, es posible generar proyectos más eficientes en los que se ahorre energía y recursos. Además, se acelera la fabricación.
Software PLM. Otro punto clave para que una empresa sea más eficiente pasa por contar con un software PLM capaz de gestionar el ciclo de vida de los productos adaptándose a las necesidades de cada empresa. Gracias a él se automatizan los flujos de trabajo, se crean cadenas de suministro más ágiles, se reducen los errores, se fabrican productos de mayor calidad y se acortan los plazos de comercialización. Como cabe esperar, todo ello redunda en una mayor eficiencia energética que se ve reflejada en un descenso de los gastos y una mayor sostenibilidad.
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